lunes, 29 de octubre de 2012

BENDICIONES Y MALDICIONES - Parte 2/5




MALDICIONES

El pecado de la lengua
Solo la palabra de Dios puede iluminarnos y demostrar que las maldiciones están activas en nuestra vida. No somos culpables de los pecados de nuestros padres; pero si podemos pagar las consecuencias. Es cierto que por Jesús, somos nuevas criaturas, pero nuevas criaturas espirituales, tenemos un nuevo propósito, una nueva identidad, un nuevo comienzo, si es que determinamos estar unidos a Él; pero, la carne puede estar infestada de maldiciones, enfermedades, vicios y todo tipo de inmundicia. 

Vamos a ver unos ejemplos de las siguientes maldiciones:

Envidia 
Pobreza 

Ligadura de Alma y espíritu 

Brujerías y hechizos 




MALDICIÓN DE ENVIDIA 

Oraciones para sanarla 


La envidia es una sensación INTENSA de malestar, incomodidad, amargura frente al bienestar, Prosperidad, progreso o belleza de otras personas. Es un sentimiento que literalmente puede llegar a "matar". La envidia, una vez que ha echado raíces en nuestro corazón puede hacernos los seres más despreciables de este mundo. Pone una venda sobre nuestros ojos que impide que podamos reconocer que somos personas únicas, con un destino y propósitos ÚNICOS de Dios para nuestras vidas. 

Como siempre estamos mirando a los demás, no podemos descubrir lo que Dios tiene para nosotros, ni desarrollarnos como Dios quisiera. La raíz de toda envidia esta en el EGOÍSMO.


Oración 1: Tomar toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18)

“Me fortalezco con el gran poder del Señor Jesucristo. Me pongo toda la armadura de Dios y hago frente a todas las artimañas del diablo, y cuando llegue el día malo, permaneceré firme resistiendo hasta que acabe la batalla. Me ciño con el cinturón de la verdad, y me protejo con la coraza de justicia, y calzo mis pies con el ánimo de proclamar el Evangelio de la Paz. Ahora tomo el escudo de la fe con que voy a apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomo el casco de salvación y la espada del espíritu que es la palabra de Dios.

Como guerrero oro todos los días y me mantengo alerta y perseverante en oración de los unos por los otros. Padre mío, mi Señor: por mucho tiempo he deseado esto……… que en realidad no es de prioridad para mi vida. Ahora con mi plena voluntad te entrego todo esto a ti porque para mí es una carga y es un tormento. Echo ahora todo esto sobre ti, echo toda mi ansiedad sobre ti y te ruego que me cuides y solo me des lo que realmente necesito. Te lo ruego en el nombre de Jesús”

Otra raíz de la envidia está en la DESCONFIANZA EN DIOS. Pensamos que Dios no tiene buenas intenciones para con nosotros. Pensamos que Dios favorece a los que NO lo merecen. Pensamos que él tiene una intención oculta con nosotros, que juega con nosotros. Nos comparamos con los demás y nos enerva, nos arde y nos amarga de como ellos son bendecidos y nosotros no.

-Definitivamente Dios no es justo con nosotros- -¿Por qué a otros da tantos dones y cosas materiales y a nosotros no? –

-Hasta los impíos están más prosperados que nosotros, que tenemos un Padre que es Rey y nosotros seguimos siendo miserables....-

Mire bien: Dios tiene muy buenos pensamientos para cada uno de sus hijos; El enseña, ayuda y guía a cada hijo suyo según su sabiduría. Lo mejor para nosotros El nos lo dará, eso no lo dude; y si aun no se lo ha dado es solo porque NO HA LLEGADO el tiempo, y tal vez no sea eso que usted desea, lo que Dios quiere darle. Y como muchas veces no nos preocupamos por saber los pensamientos de Dios que son muchos más altos que los nuestros, tal vez nunca podamos entender que es lo que El tiene para nosotros. Dígale a Dios ahora:

Oración 2: Padre mío, mi Señor: ayúdame a confiar ciegamente en ti, ayúdame a entregarme en tus manos, yo quiero eso que tu quieres para mí. Ya no quiero ver a los demás y compararme con ellos, pues ellos tienen lo propio que les corresponde según tu soberanía y tu sabiduría. Ayúdame a encontrar lo mío, mi camino, mis virtudes, mis talentos, mi éxito, mis bendiciones, el futuro que tienes para mi, y que pueda desarrollarme con todo mi potencial como siervo tuyo como hijo tuyo.

Ahora con mi plena voluntad te entrego todo esto. Te ruego aceleres mi destino profético y me ayudes a permanecer en ti, para aceptar y comprender tus pensamientos. Solo quiero amarte con todas las fuerzas de mi alma y mi corazón. Te lo ruego en el nombre de Jesús”


Otras de las raíces fuertes de la envidia es la INGRATITUD. Tenemos a veces muchas cosas que hemos recibido de Dios que las consideramos como poca cosa, o despreciables o sin valor.

Con la envidia, nunca estamos contentos con lo que Dios nos da. Siempre la inconformidad nos tortura. Todo es poco para nosotros. No vivimos con contentamiento, sino con una queja interna de que siempre Dios permite que nos falten las cosas. Con esta actitud estamos lejos de agradar el corazón de Dios. Parecemos niños malcriados dando pataletas en el aire. Dios no nos mirara hasta que nos hayamos calmado. Hasta que hayamos dejado los berrinches.

El espíritu de ingratitud siempre nos tendrá sumamente descontentos y nunca reconoceremos las buenas y sencillas dádivas de nuestro Padre que en todo momento nos cuida.

La otra raíz de la envidia es la AUSENCIA DE AMOR. Donde hay AMOR no hay envidia.

El amor siempre busca el bienestar de los demás y se olvida de sí mismo. El amor lo sufre todo.

No hay persona que esté llena de amor y sea envidiosa. Cuando somos muy propensos a ser envidiosos debemos pedir a Dios que sature nuestro corazón de amor, para que mate esa envidia venenosa que quiere brotar en el alma.

Oración 3: En este momento pido perdón por todo pecado de ingratitud que hay en mi vida, por no ver las cosas buenas que siempre me has dado. Tu me has dado todo, REALMENTE nunca tuve necesidad de nada, me has sostenido en toda situación difícil, y por esto te doy gracias.

En los momentos más difíciles de mi vida me has dado las fuerzas para continuar, y has puesto esperanza y consuelo en mi corazón y por esto hoy aun estoy aquí. Padre Santo dame ahora un espíritu agradecido por todo lo bueno que me das y aun por las dificultades y problemas que tengo, porque sé que Tu no los hubieras permitido sino era lo mejor para mí.

Resisto y renuncio ahora a la ingratitud, a la amargura. Los sujeto y echo fuera mi vida ahora, en el nombre de Jesús.

Ahora ven Espíritu Santo y llena el vacío que dejaron estos espíritus inmundos, entra a mi corazon, entra a mi casa interior y se dueño y Señor de mi vida. Recibo tu amor, recibo una unción de cambio, recibo un espíritu agradecido a ti. Lo recibo todo ahora por FE.

Gracias te doy en el nombre de Jesús”


No olvide que Jesús vino a romper y a vencer sobre el pecado. Su sangre es más que suficiente.


Estas oraciones de autoliberacion deben hacerse muchas veces, hasta que comience a dar los frutos. Un avance seguro y un crecimiento espiritual es cuando notas que "algo" cambio en ti, que ya no tienes "eso" que tenías antes, ese es el indicio más claro que estas pasando al siguiente nivel.




EL GRAN obstáculo en las Oraciones 


Antes de comenzar con cualquier tipo de oración, es SUMAMENTE IMPORTANTE, que TODOS en la familia hagan un compromiso de no hablar quejas, insultos, criticas, griterías, reclamos, derrota, amargura, sino que CAMBIE el lenguaje familiar de maldición a BENDICIÓN.

Los pleitos, las griterías, las contiendas, los desacuerdos y la intolerancia deben desaparecer PARA SIEMPRE del hogar de lo contrario todo será un gran fracaso. De ahora en adelante cambiara el lenguaje a lenguaje de BENDICIÓN y se declarara la victoria de Dios en el lenguaje cotidiano. Si el ambiente de pleito y contienda, y amargura continúan en el hogar, DE NADA SERVIRÁN LAS ORACIONES.


Tener un lenguaje negativo, pesimista o de maldición DESACTIVA las oraciones de poder. Los cristianos que oran a Dios por una situación y declaran victoria y luego más tarde expresan negativismo, amargura, pesimismo, derrota, maldición, en su lenguaje cotidiano, NUNCA, verán contestadas sus oraciones, por esto es que hay muchos cristianos que por años oran por una situación que nunca se resuelve. El lenguaje que utilizamos para orar debe estar en CONCORDANCIA con nuestro lenguaje cotidiano.



EJERCICIO 1, para vencer maldiciones familiares, en presente: Escribir en un papel amarillo con tinta roja en gel, todo lo negativo y amenazante que le hayan dicho sus familiares, profesores y otros. Por ejemplo: “No tienes oído para la música… Eres desordenada.….. imbécil …..si te haces artista te morirás de hambre… Si sales con muchachos te convertirás en una sinvenguenza… Fracasarás… nunca encontrarás a alguien que te ame…” Etcétera, etcétera. Quemar esta lista y frotarse el cuerpo con sus cenizas diciendo: “Transformo las maldiciones en bendiciones. Desarrollaré todas mis posibilidades y triunfaré. Amaré y seré amada(o). Bendigo lo que auténticamente soy.”




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